lunes, 16 de junio de 2008

Luis Enrique Mejía Godoy en Toronto (Torontohispano.com)

Cantando para el recuerdo

El cantautor y poeta nicaragüense Luis Enrique Mejía Godoy, que después de casi una docena de visitas a Canadá es ya casi un ciudadano honorario, estuvo de visita este Sábado 30 de Septiembre en el Ukranian Hall de Toronto. En este concierto, en el que una audiencia sumamente mixta de nicaragüenses y personas de toda Latinoamérica —e incluso de gente que no eran de habla hispana— disfrutaron no solo de la música, sino del humor, la sabiduría y del lenguaje poético y afectivo de este tan querido y admirado artista.
Este evento es parte de un esfuerzo más de la radio Voces Latinas, encabezada por el Padre Hernán Astudillo, para recaudar fondos, ya que ellos se encuentran en medio del proceso de instalación de una nueva antena, con más capacidad, para que la radio tenga más potencia, y así un mayor alcance geográfico. Este proyecto está a punto de cerrarse en las próximas semanas, ya que según comenta el Padre Astudillo, "ya tenemos el lugar donde vamos a asentar la antena, y la primera semana de Octubre nosotros estaremos firmando el contrato para la renta de la tierra. El evento de esta noche es precisamente para colectar la esperanza."

Luis Enrique Mejía, quien tiene una trayectoria musical que abarca varias décadas, y que conserva su manera afable, cariñosa y popular de ser y expresarse, tanto al sostener una conversación con él o en el escenario, agasajó al público con incontables temas de sus más recientes producciones como Que tiene la música, Crucificados, Tengo a América y Por una Canción. Pero también nos llevó de la mano en un viaje de recuerdos por nuestra patria querida, al escuchar canciones como Pobre la María, el Cristo de Palacagüina, El Primero de Enero y Venancia.

Este artista es ya no solamente un símbolo de orgullo patrio para su tierra natal, sino que también representa con mucho orgullo el cantar latinoamericano. Tal es el alcance de su música hacia toda Latinoamérica y el mundo, que en este evento el concejal Joe Mihevc, en nombre del alcalde de Toronto, David Miller, le otorgó al artista un reconocimiento como Trobador sin Fronteras, honor que Luis Enrique recibió muy emocionado y agradecido, entre los aplausos y gritos de júbilo del público.

Luis Enrique Mejía, hermano del conocido cantautor nicaragüense Carlos Mejía Godoy, de quien dice son “batidos en la misma jícara y con el mismo molenillo,” viene de una familia de varias generaciones de músicos y poetas. “Vengo de una familia de locos, trapecistas, traquimbaques, músicos itinerantes, trobadores errantes. Andamos del timbo al tambo cantándole a la vida.”

El artista comentó a TorontoHispano.com que “me siento muy emocionado. A veces me entristece un poco pensar que ha costado tanto la libertad de nuestros pueblos y tanta sangre derramada que me da una cosa entre rabia y ternura, una cosa que me da por dentro. Al estar en un escenario, yo soy un profesional, pero a veces uno mismo se puede quebrar por dentro, porque son muchas las emociones y las contradicciones que tengo como ser humano.”

Las contradicciones y las controversias no son extrañas en la vida de este artista, que recorre el mundo llevando el mensaje de un pueblo que todavía sufre, con canciones que a veces contienen un tono político con el que muchas personas automáticamente lo identifican, y de alguna manera quizás hasta lo rechazan. A esta gente, dice Luis Enrique, “le diría que yo soy súper tolerante, que yo soy una persona de mente totalmente abierta. Es mi derecho cantar, pero yo nunca voy a ofender a nadie porque cante una canción que a mi no me guste. Hay mucha gente que ha cambiado después de un concierto. Es una cosa milagrosa para mí.”

Yo soy testigo de esto, al observar como secciones del público de vez en cuando gritan consignas apoyando a uno u otro partido e ideología política, mientras Luis Enrique canta. Con su voz apaciguadora, pero firme, y con su humor jocoso y popular, él desvía y apaga cualquier incidente que pudiera ocurrir, y envuelve al público y lo convierte en uno solo, cantando a una voz, mostrando nuestra alegría y orgullo al tener en esta ciudad a este personaje tan reconocido en nuestra cultura, y quien se presenta en Toronto como un emisario y representante digno de lo que queremos mostrar al mundo como país; cantando canciones que ofrecen al mundo piezas de nuestra historia, de nuestras raíces, de nuestra cultura, de nuestra gente, de nuestra lucha.

“Yo le canto al pueblo, a la historia de Nicaragua,” comenta Luis Enrique. “Le canto a mi vida, a las historias de mi vida cotidiana. Le canto a mi mujer, le canto a mis hijos, le canto a mi madre. Le canto a los paisajes, le canto a la identidad. Le canto a la historia. Por eso digo, no vengo a abrir heridas, vengo a tratar de subsanarlas, porque yo cuando canto una canción al general Sandino, la canto con muchísimo respeto. Y no se la canto a un partido, se la canto a la historia.”

“En todos los rincones del mundo hay un nicaragüense, y latinoamericanos también,” continúa Luis Enrique. “Yo a lo que vengo aquí es a refrescar un poquito esa memoria, a abonar esa plantita, a ponerle un poco de agua, a ese árbol que tiene que crecer, porque nuestros hijos y nuestros nietos tienen que saber que Nicaragua merece un futuro limpio y que ha sido tan difícil construirlo,” concluyó el artista.

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